Las abejas, esos pequeños insectos que no superan el centímetro de largo, son las responsables de la polinización y por ende de la reproducción de árboles frutales y del 75% de los cultivos que abastecen al mundo de alimentos. 

En el planeta existen más de 20 mil especies de abejas, de las cuales en el Valle de Aburrá se tiene registro de al menos 466 especies. Desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se adelantan diferentes estrategias para garantizar su protección y conservación: 

Red de Reubicadores de abejas

En la vereda Cardalito del municipio de Caldas, vive don Gerardo Emilio Ángel, un apicultor de 42 años y quien desde hace dos hace parte del Programa de Reubicadores de abejas que lidera el Área Metropolitana, a través de la Subdirección Ambiental. 

Junto con su familia, ayuda al rescate de los enjambres que las abejas construyen en zonas residenciales, y las reubica en las colmenas que construyó para su conservación y producción de miel. “Ellas son mis muchachas, las cuidamos y vamos hasta donde sea necesario para rescatarlas porque hay gente que las ataca por miedo y desconocimiento. Muchos no saben lo importante que son para la vida”, dice el apicultor. 

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La Red de Reubicadores de abejas nació hace dos años y ya son 15 personas que la integran en los diez municipios del Valle de Aburrá. “Los reubicadores son personas que tienen las condiciones óptimas para recibir a las abejas de la miel después de que han sido rescatadas. Reubicándolas nuevamente en un espacio natural donde ellas puedan desarrollar sus funciones ecosistémicas, sin que esto represente un riesgo para las comunidades”, explicó Héctor Valencia, integrante del equipo de Gestión del Riesgo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Solo don Gerardo cuenta con 9 colmenas y en cada una de ellas puede habitar por lo menos 60 mil abejas, es decir, unas 560 mil abejas que contribuyen a la polinización de este sector rural del municipio de  Caldas. 

“Hoteles para abejas solitarias”

En el Parque Metropolitano de las Aguas, ubicado en Barbosa, hay un pequeño refugio para una de las especies de abejas que habitan el Valle de Aburrá. Se trata de los hoteles para abejas solitarias que buscan proteger los antófilos en el mundo.

Bien es sabido que, debido a factores como la deforestación, la agricultura industrial, la contaminación del agua, los monocultivos y el cambio climático, entre otros, se ha reducido considerablemente la población de abejas en el mundo. La creación de estos hoteles, a través de infraestructuras artificiales que sirven como refugio para abejas solitarias y otros polinizadores, buscan proveer un lugar para anidar, reproducirse y protegerse del clima.

“Seguimos generando más educación ambiental. Siempre hemos dicho que todas las especies son importantes para sin importar su tamaño, y las abejas, esos pequeños insectos, lo demuestran con su gran aporte a la sostenibilidad del planeta y la alimentación del resto de especies, incluyendo los humanos”, dijo Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Fotos: AMVA

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