Después de dos meses de monitoreos constantes, desarrollados por la Secretaría de Medio Ambiente en el Cerro de las Tres Cruces, fue posible definir la línea base de biodiversidad, un punto de partida que indica qué tan conservado o no está un ecosistema y cuáles son sus condiciones iniciales en temas de biodiversidad, para poder establecer los planes de conservación. 

Se detectaron 95 especies, 83 de ellas corresponden a aves como el Carpintero Cariblanco (Colaptes rubiginosus), la Tángara Flamígera (Ramphocelus flammigerus) y el Bienparado (Nyctibius griseus).  También fueron reportadas dos especies de reptiles entre las que se encuentra la Cazadora (Dendrophidion bivittatus), cuatro especies de anfibios como la rana Pristimantis penelopus y seis mamíferos como el Kinkajú (Potos flavus). 

“Teniendo en cuenta la diversidad y los tipos de coberturas, con la línea base se identificó que la mayor riqueza no la posee la vegetación secundaria como se esperaría, sino pastos arbolados, principalmente para aves, esto debido a la cercanía que tiene el cerro al área urbana. La biodiversidad se convierte en un bioindicador que nos permite detectar las condiciones de nuestras áreas protegidas”, manifestó la secretaria de Medio Ambiente, Diana María Montoya. 

Los herpetos (anfibios y reptiles), las aves y los mamíferos identificados se encuentran en categoría de preocupación menor (LC) que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, no cumplen ninguno de los criterios que definen las categoría de En Peligro Crítico, En Peligro, Vulnerable o Casi Amenazado. 

Aunque la presencia de estos individuos en este parque ambiental es indicador de buenas condiciones del ecosistema, se espera que estos registros aumenten con la mayor densidad en las coberturas boscosas.

Fotos: Alcaldía de Medellín

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