No es un secreto para nadie, ni siquiera para el más incauto y despreocupado, que la pandemia ha generado una crisis, quizá sin precedentes, en el mundo. Algunos dirán que sí ha habido problemas graves, pero incluso el más grave si nos remontamos 80 años atrás, la segunda guerra mundial, no se acerca al daño que el COVID- 19 está dejando y dejará por varios años en la sociedad. Colombia, un país hundido en el subdesarrollo y que en cada intento por salir del pozo encuentra obstáculos devastadores no es la excepción. Sentiremos el golpe, ya lo estamos padeciendo, y tardaremos mucho en recuperarnos de tanto dolor.

Y ese golpe se siente en los medios de comunicación. Mientras Antioquia Informa, una iniciativa de jóvenes independientes procura convertirse en una alternativa a los medios tradicionales, precisamente algunos de esos deben apagar sus rotativas y decir adiós por la puerta trasera.

Es el caso del periódico El Mundo de Medellín. Esta casa periodística anunció su cierre. No es que podamos culpar a la pandemia de lo que le pasó, es claro que sus problemas financieros y de contenido venían de tiempo atrás, pero estos cinco meses en los que la economía del país se ha detenido, seguro aceleraron la decisión que su junta directiva venía sopesando hace tiempo. Es muy triste la noticia pues cada medio que cierre sus puertas es una visión que se cierra y que deja de alimentar el debate público tan necesario en una sociedad tan facilista como la colombiana.

La otra cara de la moneda es el periódico El Colombiano. Este jueves 30 de julio anunciaba su edición 37 mil, 108 años de información. Esta empresa ha sabido mantenerse en el mercado y a pesar de sus pocos suscriptores, no superan los 25 mil, siguen siendo rentables y la apuesta de la polémica directora, Martha Ortiz, de darle toda la fuerza al .com ha ido calando poco a poco.

Dos casos a los que caben miles de análisis y preguntas, por ejemplo: ¿Toda la experiencia no le sirvió a El Mundo para dejar por lo menos la versión digital y orientar hacia allí todos sus esfuerzos informativos? ¿Fue una decisión 100% financiera o factores de credibilidad y línea editorial también influyeron? ¿El Colombiano se apalanca en sus dueños o sus costos elevados de pauta son los que mantienen la versión impresa a flote? ¿Cuánto tardará la junta en tomar la decisión de cobrar los contenidos?

Desde Antioquia Informa enviamos nuestro sentido pésame a las directivas de El Mundo y nuestras felicitaciones a El Colombiano, estamos convencidos de que entre más opciones tengan los ciudadanos de formar opinión, más rápido avanzaremos como sociedad.

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