Los ánimos por cuenta de la pandemia que ya ajusta en Colombia 128 días desde la primera orden de aislamiento preventivo obligatorio (25 de marzo) van subiendo de temperatura y las pullas entre mandatarios no dejan de ser pan de todos los días. El mejor (peor) ejemplo es el de Claudia López, Alcaldesa de Bogotá, que se la tiene, como se dice coloquialmente, montada al Presidente Iván Duque y es la primera que sale a controvertir cualquier decisión del gobierno nacional. Sus detractores dicen que es más una estrategia de López para tapar su poca capacidad al frente de la crisis, aunque sus aliados hayan logrado posicionarla como una gran gerente y líder.

Pero un leve conflicto que ha pasado desapercibido es el que se ha producido entre el Alcalde de Medellín, Daniel Quintero, y el de Rionegro, municipio del Oriente, Rodrigo Hernández.

El pasado 3 de julio, Hernández envió una carta a las ministras del Interior y Transportes y a la Aeronáutica civil, en la que solicitaba la autorización para implementar un plan piloto de reapertura del aeropuerto José María Córdova ubicado en este municipio del Oriente del departamento. La carta fue firmada por 10 alcaldes más, pero no incluyó al de Medellín.

Al conocer el contenido de la carta, Quintero expresó: «Si bien la decisión de abrir su aeropuerto la puede tomar Rionegro sin contar con Medellín, es importante recordar que Alcaldes del Valle de Aburrá (Que recibimos el 97% de pasajeros) nos manifestamos en contra de la medida de abrir aeropuertos hasta que no pase el pico».

El plan piloto no fue aprobado. Así que ese pulso lo ganó el Alcalde Quintero, que además mantiene inmejorables relaciones con el gobierno nacional.

Pero la cosa no quedó allí. Este lunes 3 de agosto, Quintero Calle anunció, como ya es habitual en su cuenta de Twitter lo siguiente:

La información escueta y que genera más dudas que certezas, algo normal en la estrategia de comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, llevó al Alcalde de Rionegro, Rodrigo Hernández a responder de la siguiente manera:

El tire y afloje es evidente. Hernández y diez alcaldes proponen el piloto a principios de julio y Quintero se niega. A principio de agosto, Quintero unilateralmente expresa haber autorizado la apertura de aeropuertos, la misma que había aclarado, en el caso del José María Córdova era potestad de Rionegro, y de inmediato, Hernández saca pecho y resalta que Medellín se haya sumado a su propuesta.

El juego de egos es evidente y por supuesto, muy triste. Hoy, cuando el país requiere unión y sobre todo de sus líderes, mucho más si hablamos de la primera y segunda ciudad del departamento, no debería haber espacio para mensajes confusos ni para demostrar quién puede más que el otro.

Ojalá las decisiones que se tienen que tomar para el beneficio de la mayoría se tomen con cabeza fría y no como si se estuviera en una competencia para demostrar quién es el mejor.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí