Con corte al 30 de julio Segovia, municipio ubicado en el Nordeste de Antioquia, reporta 31 casos confirmados de COVID-19. De estos 25 están activos, es decir en tratamiento, y 6 se han recuperado. En total se han descartado 80 posibles personas contagiadas, hay cinco casos en estudio y de manera preventiva, 93 habitantes han sido aislados.

Lo anterior puede considerarse como normal. No son cifras alarmantes y a pesar de las carencias de la zona, el protocolo se ha venido siguiendo. Lo realmente importante en este análisis y que puede servir de llamado de atención para todos como sociedad, es cómo llegó, hasta el momento, Segovia a 31 casos.

Léase bien: todos los casos son importados. Esta situación es muy triste si la miramos a la luz de un municipio ubicado a 5 horas de Medellín, y que cuatro meses después de que se decretaran los cierres, no había registrado ninguna persona contagiada. ¿Cuándo empezaron a llegar? El 5 de julio, el Alcalde Didier Osorio Giraldo, confirmó el primer caso. ¿Quién era? Nada más y nada menos que alguien que llegó al municipio desde Montería.

Y desde ese momento, que coincide con la apertura gradual que fue autorizando el gobierno y que muchas personas asumieron como una licencia para hacer lo que se quisiera, los casos no han parado de aumentar. Afortunadamente para los habitantes de Segovia, cuentan con un alcalde comprometido y que ha tomado las medidas necesarias para que la propagación del virus, inevitable cuando se registra el primer caso, se dé lentamente.

El llamado, seguro tardío, es para que no bajemos la guardia en ningún municipio de Antioquia ni de Colombia. La protección con tapabocas, la distancia social y el permanente lavado de manos, son tres tareas básicas que nos permiten mitigar el riesgo de contagio. ¡No olvidemos que la responsabilidad es individual!

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