Uno de los programas bandera de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos de Medellín, es el de cuidadores: aquellos que dedican todo su tiempo y esfuerzo a atender a algún familiar o persona cercana con problemas delicados de salud, sin recibir nada a cambio. Dedican su vida al bienestar de los demás.

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Han pasado ya varios años desde que Luis Fernando Alzate Sanín dejó el servicio comunitario y el liderazgo que ejerció como edil, en favor de su vecindario, para dedicarse de tiempo completo al cuidado de su nana, como él la llama, a Celsa Inés Gutiérrez García, próxima a cumplir 99 años, con varias dificultades de salud y quien, sin ser su madre biológica, le dio todo el amor del mundo.

Él tiene 75 años de vida y laboró 12 al servicio del Municipio de Medellín. Se retiró y siguió cotizando por su cuenta a Colpensiones y logró una jubilación con la cual solventa sus gastos. Vive con su nana en un pequeño apartamento llamado Casa Mía, en el barrio Lorena, al occidente de la ciudad.

Para Luis Fernando ser cuidador es “entregarse uno a la persona que uno tiene en el momento, es una labor difícil, pero es una vocación por esa persona, es un acto de amor”.

Foto: Alcaldía de Medellín
  • Una situación similar vive Gabriel Cossio Londoño, quien cuida desde toda la vida -como él mismo dice- a su mamá, Lucila Londoño de Valencia, quien tiene 86 años y problemas de movilidad reducida. “Ser cuidador es el mejor regalo que le puedo dar a mi mamá”, dice con voz temblorosa por la emoción y el orgullo que le produce hablar de su madre-.

Cuenta Gabriel, habitante del barrio San Bernardo, en Belén, que se desempeñó como trabajador independiente durante 12 años y que luego se dedicó las 24 horas del día a cuidar de su madre.

Tanto Luis Fernando como Gabriel, hacen parte del programa Formación a Cuidadores de la Alcaldía de Medellín, adscrito a la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos y que es considerado pionero en Colombia en este tipo de estrategias en beneficio de población vulnerable que requiere cuidados caseros por parte de familiares o amigos.

Gabriel se enteró del mismo por comentarios de otras personas y entonces se animó, acudió a Amautta, le gustó lo que oyó, hizo todo el proceso, fue seleccionado y no se cansa de alabar el respeto, el profesionalismo y la decencia con que fue tratado por los servidores municipales. “Pedí ayuda sin saber qué me esperaba y me encontré con una educación tan impresionante”, afirma.

Mientras -Luis Fernando que en sus años mozos fuera un dirigente barrial destacado, al punto de ser condecorado por la Alcaldía de Medellín con la Orden al Mérito Juan del Corral, en categoría oro, postulado por su misma comunidad- vive agradecido por todo el proceso formativo que le ha dado para ser un buen cuidador.

Tres niveles de capacitación

Es que este programa, tiene entre sus componentes una capacitación en tres niveles para quienes participan de él, en donde les enseñan a manejar diferentes situaciones que se pueden presentar con las personas que cuidan, como el aseo, la alimentación, aspectos sicológicos y jurídicos para la tramitación de órdenes, la medicación, entre otros tópicos; coincidiendo ambos en que ojalá hubiera más niveles de aprendizaje para hacer un mejor trabajo.

Además, es uno de los bastiones de la Alcaldía de Medellín que personas como Gabriel, Luis Fernando y muchas más, apoyan con todo su ímpetu, al punto que se siguen capacitando para lograr la certificación oficial como cuidadores y sentirse más útiles y profesionales en su diaria labor.

El programa avanza en la certificación

Unas 500 personas de manera oficial serán certificadas por la Administración Municipal como cuidadores, pero se calcula que la cifra es más alta, teniendo en cuenta los centenares de hogares con personas que hacen esta función, pero que no están oficialmente registradas.

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