A pocos días  de la tradicional noche de la alborada, desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá hacemos un llamado a decirle NO al uso de la pólvora, y a celebrar el comienzo del último mes del año, en armonía con los ecosistemas. Y más cuando el estallido de esta no solo genera contaminación auditiva, problemas en la calidad del aire, sino también severas consecuencias en la vida de las especies de la biodiversidad biológica.

En el caso de las aves, el estallido de la pólvora puede ocasionar desorientación, el abandono de sus nidos y, con ello, los polluelos pueden presentar hipotermia y hasta morir. En muchos casos, el estruendo hace que las aves pierdan su rumbo y colisionen con estructuras, dejándolas gravemente heridas e, incluso provocarles hemorragias internas por ruptura de estructuras y órganos internos, quitándoles la vida de manera inmediata.

Así lo define Víctor Manuel Vélez, biólogo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, al resaltar, además, que en el caso de los animales de compañía – perros y gatos – la pólvora puede en tan solo segundos quitarles la vida; ya que se genera excitación que puede llegar a provocar paros cardio respiratorios.

Plantea que, el ruido de esta los puede llevar a niveles superiores de estrés, lo que puede provocar infartos, salivación, arritmias cardiacas y la muerte.

“La pólvora es tan peligrosa para los humanos como para los animales; en animales de compañía, el estruendo los puede hiperventilar, lo que podría ser mortal», concluyó Víctor Manuel Vélez.​

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