Antioquia Informa comparte este texto escrito por el Director Ejecutivo de Ruta N, Javier Darío Fernández Ledesma.
Para que el emprendimiento sea la palanca del crecimiento inclusivo y equitativo en tiempos de complejidades económicas, requerimos que tenga capital, que se fortalezca para generar valor. Pero no se trata de ayudar como si fuera un favor a la sociedad, sino porque es en las nuevas ideas donde encontraremos la solución a retos de la gran industria.
Supongamos que somos una empresa grande con varias décadas en el mercado. Este tipo de organizaciones son, por lo general, lentas para adecuarse a nuevos usuarios y clientes. Se toman mucho tiempo para llegar a decisiones y adecuar su negocio a cambios en el contexto. Allí es donde entra el emprendimiento con su dinamismo. Propone nuevos productos o servicios, nuevas plataformas, innovación fresca, ideas que tienen el potencial de mejorar participación en el mercado o, incluso, generar nuevos nichos que no se habían explorado.
La pandemia, entre sus enseñanzas, nos ha mostrado que quienes prevalecen y crecen, son los que se adecúan rápido y ponen la innovación como pilar. Las empresas que hoy la llevan mejor son las que entendieron que conectarse con el emprendimiento es la mejor forma para mantenerse y crecer.
Por el otro lado, para el emprendimiento, se trata de un momento de verdad. Tomar una idea y volverla un negocio, conectarse no solo con dinero para hacer realidad un sueño, sino verlo cómo puede generar mayor impacto al ser la solución para una empresa establecida, es una apuesta muy potente.
El emprendimiento conectado con la gran empresa no solo verá cómo fluye el capital líquido, sino que también empieza a madurar, se comienza a mover en círculos que le permite cerrar brechas, adquiere conocimiento rápidamente para asumir nuevos retos. Es el círculo virtuoso del capital emprendedor y se trata de una de las semillas del Valle del Software para la reactivación económica.
Tomado de: https://www.rutanmedellin.org/es/
